miércoles, 29 de junio de 2011

Mad Men

Donald Draper.

“Soy Don Draper. Soy el director creativo de Sterling-Cooper. Aunque familiar, somos una de las mejores agencias de publicidad de Nueva York. Clientes de la talla de Lucky Strike llevan toda su vida confiando en nosotros para sus campañas.
Somos conocidos en toda la ciudad por la cantidad de dinero que gastamos en alcohol. De alguna forma tenemos que celebrar el éxito de todos nuestros slogans.
Sterling es un hombre de la vieja escuela, de los que consiguen todo lo que se proponen con una simple cena de negocios. Mujeres de la talla de nuestra jefa de secretarias, Joan, son su perdición. En la oficina, empleados como Campbell harían cualquier cosa por llegar a estar en una posición como la de él.

Mi secretaria, Peggy, es una trabajadora muy eficiente. Tiene ideas propias, y creo que va a llegar lejos con ellas.

En mi casa tengo una preciosa esposa que cuida de mis dos hijos, Sally y el pequeño Bobby. Hago todo lo posible porque ellos sean felices, aunque muchas veces eso es mucho más complicado que convencer a cualquier cliente de que nos elija.
Al final de todo, la publicidad sólo está basada en una cosa: la felicidad, ya sea de nuestros clientes o del público que nos tiene que valorar. Ellos son los que tienen que estar contentos.”

Es una serie de las que se puede decir que son lentas: la historia no avanza, y muchas veces empiezas a dudar de que la tenga. Pero eso no quita para que te enganche capítulo tras capítulo. Su estética de los 60 es perfecta, con un vestuario y unos decorados en los que no falta detalle. Y lo más destacable: sus diálogos. Las frases no te pasan desapercibidas, si no que son de las que sigues recordando tiempo después de haberlas escuchado.


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