Malcolm Wilkerson.
“Mi nombre es Malcolm, y tengo un coeficiente de 165. Cuando tenía 11 años, me cambiaron a la clase de los superdotados. Al principio pensaba que eso me iba a convertir en un apestado. Y así fue. Si quieres ser alguien guay en el colegio, ser listo no te ayuda a ello.
Es raro que yo resultara ser un genio, teniendo en cuenta que en mi familia son todos idiotas, empezando por mi hermano mayor Reese. Es el matón del instituto, y no sabría distinguir una integral de una derivada. Su única meta en la vida es ser más tonto cada día.
Mi hermano pequeño tiene 6 años, Dewey, solo sabe chillar. No habla mucho, al menos con las personas, lo que nos hace creer que es un poco tonto. Aunque yo creo que en realidad es mucho más listo que mi hermano Reese, ya que sabe manipularle cuando quiere conseguir algo de él.
Francis es el mayor de todos, y el único que mola. Mi madre le envió a una academia militar porque decía que estaba harta de todos los líos en los que se metía. No me extraña que le eche la culpa a ella de todo lo malo que le pasa en la vida.
Mis padres se quieren a ellos mismos por encima de todos nosotros. Mi madre solo sabe gritarnos y castigarnos. Hasta mi padre nos paga para que nos llevemos las broncas que se busca.
La vida en el colegio es difícil y frustrante. Steve, mi mejor amigo, es una de las pocas personas con las puedo mantener una conversación inteligente. Gracias a él van pasando los días entre casa y el colegio.”
Malcolm es ya una serie veterana, ya que hace más de 10 años que empezó a emitirse. Es una de las primeras series en criticar con humor negro a la sociedad americana. Lo más destacable para mí, es que a través de sus siete temporadas podemos ver cómo se van forjando las personalidades de todos los personajes, que comienzan siendo niños, en una familia en la que los padres son egoístas e irresponsables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario